La mujer que vive en mi

Has visto mis sonrisas blandas, evaporarse sobre la cama.
Has visto a mis manos desesperarse por no poder abarcar todo tu cuerpo, por no poder sentirte entero.
Has visto la profundidad de la luz en mis ojos, me has visto a mi.
Has visto como me faltaban brazos para abrazarte, por más que te rodeaba.
Has visto las palabras brotar, una a una, desde mi boca hasta escribir declaraciones de amor en el aire.
Has visto mi rostro contraerse, fruncirse, cerrando los párpados con fuerza cuando me desbordaba el placer, que se me escapaba entre las piernas.
Has visto como me mordisqueaba los labios, intentando sujetarme.
Has visto mi aliento acelerarse, calentarse, profundizarse.
Has visto como mis manos querían introducirse en las tuyas, atravesando tu piel, tus nervios, tus venas.
Has visto como tiritaba de alegría acurrucada entre tus brazos.
Has visto correr mis lágrimas más dulces, las más tiernas.
Has visto mi cuello serpentear para abandonarse a tus besos.
Has visto mi lado más secreto el que no se conoce, el que no se supone, el que no me creo.
Has visto la mujer que vive en mí, disfrazada de niña y escondida en un cofre, que acumula un tesoro de sueños, que acepta como prohibidos...